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Publicado: Sábado, 06 Abril 2013 19:15

Escrito por Mónica Frau

Jueves 28

Nuestra experiencia en este viaje como club, a Valencia, para participar en el Torneo de Pascua que organiza nuestro club amigo, Claret, comienza pronto, quiero decir temprano, ya que muchos, los que nos acostamos, a las cuatro de la mañana estábamos poniendo ya en pie. Nos dio tiempo de despertar al gallo y ver arrancar a la máquina ponecalles...

Reunión en el aeropuerto, donde únicamente el maquillaje de algunas, podía disimular las ojeras, que llegaban de oreja a oreja, valga la redundancia. El vuelo fue bien, pero el club tuvo que viajar separado ya que no era suficiente un avión para portar toda nuestra grandeza (y eso que Pedro Gordo se incorporaba por tierra desde su Extremadura querida).

Como quiera que llegásemos muy temprano, y los entrenadores no sabía que hacer con los jugadores (esto que no lo lean), antes de ir al hotel, nos dieron un tiempo para ir al centro comercial donde realizamos nuestras compras (chuches y galletillas principalmente).

Nuestra llegada al hotel pilló por sorpresa a los trabajadores del mismo que se vieron atropellados por nuestra muchedumbre, por lo que tuvimos que esperar un buen rato para que estuvieran nuestras habitaciones listas. Después de la espera subimos a la habitación, no estaban nada mal y además nuestro cuerpo no estaba para quejarse.

Sin tiempo para deshacer el equipaje, las júniors se dirigieron al Pabellón a disputar el primer partido, que perdieron contra el Picken Claret tras una prórroga. Y es que el cansancio les pasó factura.

El resto de expedición, tras colocar la ropa (bueno algunos tras descolocarla) nos dirigimos al comedor donde, con su tono melódicamente radioactivo, Mónica (la jefa) nos recordaba las normas de higiene y comportamiento que nos habíamos dejado al salir de casa... Allí la comida no fue de nuestro agrado, cosa rara, cuando se trata de niños y jóvenes. Nos faltan hábitos alimenticios con la plastelina y la lechuga de balcón (evidentemente estas metáforas solo las entienden los estudiantes de la ESO.

Seguidamente fuimos a la habitación a descansar y a preparar lo que las jugadoras y técnicos creyésemos necesario para nuestras horas en el pabellón. Hubo tiempo para hacer una redistribución de los alojamientos de las infantiles, que a juzgar por lo inquietas que estaban, no se habían adaptado bien a su habitat inicial.

Nos reunimos todos en el "hall" para coger el autobús que nos llevaría al pabellón. Fue muy divertido salir del hotel en tres grupos (dos autocares y una madre atleta que nos perseguía a la carrera). En esos momentos llegaba Pedro en la diligencia extremeña.

No se si sería el sueño, el cansancio, las canastas o nuestra calidad, pero el iunicio fue fatídico. A la derrota de las juniors se unió nuestro cadete masculino y femenino y el infantil femenino que fueron derrotados por los equipos del Picken Claret y el infantil masculino por el Jovens Almassera. Las chicas anfitrionas del Mini Femenino B también ganaron a las nuestras en un partido amistoso.

Esta jornada, como en muchas otras, sólo se salvó el Mini Femenino A que derrotó al Picken Claret y el Junior Masculino al Jovens Almasserra. Las chicas del junior en su partido amistoso contra el Picken Claret B, se resarcieron de su derrota mañanera.

Muy cansados, en teoría, emprendimos tempranito el camino de la cama, y es que ya se sabe: "el camino de la cama, es el mejor camino, sólo estar durmiendo es mejor que estar dormido". Se retiraron los móviles, pero claro quedaban los fijos que sonaban, ellos solos eh, sin que nadie los tocase.

Curiosidad de la noche fue que tres jugadoras del equipo júnior de Tarrasa se confundieron de habitáculo, con tan mala suerte que fueron a parar a una habitación de nuestros jugadores (no diré de que equipo porque como los juniors sólo eran seis quizás adivinéis a que habitación fueron). Pero no sabían que algunos entrenadores siempre están presentes y si no se lo hacen, por lo que la partida de cartas fue interrumpida y las de Tarrasa guiadas a sus aposentos por el enviado del Señor, cuan Moisés liberando a su pueblo de la esclavitud. Juancar no daba crédito a sus ojos, y se dio cuenta que sus métodos de ligue se han quedado obsoletos, comparados con la rapidez y eficacia de los de nuestros jóvenes.

Sin teléfonos, ni señales de humo, las ventanas eran el único medio de comunicación: radiopatio. Al asomarnos por la ventana, un olor inundó el hotel y es que algunos tuvieron la gran idea de pedir unas pizzas. Poco a poco el cansancio se fue apoderando de la mayoría de nosotros, aunque Jordi y Juancar aún pudieron admirar las obras de arte que las jugadoras catalanas mostraban por la ventana. Bonito final para un duro día.

Viernes 29

La mañana comenzaba con la misión de los entrenadores de levantarnos pronto, lo que para algunos no fue muy exitosa, ya que la mayoría no se levantaron a la hora establecida. Y es que claro, tanto preparar las tácticas la noche anterior...

Empezábamos la jornada a las 10 h. Con la segunda victoria del mini femenino A contra Castellón consiguiendo pasar a la final y del cadete masculino ante en Don Bosco. Seguidamente llegaban las derrotas de las juniors contra el Canoe, el Mini Femenino B e Infantil Masculino contra el Picken Calret y Castellón y la de las chicas del infantil contra el Burriana. Destacado papel el de los infantiles consiguiendo un tercer lugar muy merecido.

La sorpresa de la mañana fue que se extraviaron unas braguitas grises con flores azules por el pabellón de Benimaclet. Como no tenían propietaria, nuestras minis se hicieron cargo de ellas, aunque está claro que nosotros somos responsables y nunca perdemos nada.

Y acabamos la mañana con victoria para los chicos del cadete derrotando al Xirivella.

Después de comer, las minis junto con las infantiles, fueron en busca de aventuras. Encontraron a un hombre de grandes dimensiones (30m más o menos y que no era Pedro) atado, tumbado en el suelo, llamado Gulliver, y se tiraron por los toboganes que forman parte de su cuerpo. Cuando se cansaron de molestar a Gulliver, encontraron el bar de Manolo el del bombo, al lado del estadio de Mestalla, al que también molestaron. Se fotografiaron con él, vieron sus fotografías y bufandas y cantaron, acompañados por su famoso bombo, nuestra canción: BAHIIIAA!! (pum, pum, pum).

Al volver hacia el pabellón, venían ensayando la canción que tenían que cantarle a Pedro en el descanso de su partido: Pedro, pivón, saluda a la afición! Que culo tienes, como lo mueves, que bueno estás!!!! Pero la sorpresa se la llevó Mónica. En el descanso del partido de las cadetes, las niñas salieron al centro de la pista para que las gravasen cantando la canción a Pedro y se la cantaron a ella!!!! Consiguieron enrojecer a la jefa de expedición ante las gradas del pabellón repletas. Podéis seguir el acontecimiento a través del video del evento que adjuntamos y que demuestra como nuestras chicas fueron las que pusieron la gracia y el ritmo a la grada.

Por la tarde, la misión imposible parecía día de hoy, bueno del viernes, la de los júniors, que debido a las lesiones se les quedaba el equipo en cuadro: un total de solo 5 efectivos con los cuales se lograba la victoria en el más que complicado horario de las 15.30 PM. al Picken Claret B en un partido amistoso. Ante la escasez de mimbres se entiende el gran interés en fichar a las jugadoras de Tarrasa.

Las infantiles tuvieron un golpe de suerte y les comunicaron que jugarían la final contra el Claret, noticia celebrada por todo lo alto por parte de las chicas.

Las cadetes vencieron al júnior de Alginet logrando pasar a la final. Las júniors, por su parte, presas de la edad, que no les permite aguantar tanto, se desplazaron hasta el hotel para recuperar lesiones, poner hielo y hacer contrastes ya que la mañana fue cruel con ellas, con caídas, frenadas contra la pared y torceduras de tobillos. Las gasolineras de la zona se quedaron sin hielo, para poder servir a las nuestras en sus numerosos golpes y torceduras.

Para acabar la jornada los cadetes disputaron un partido muy igualado, pero el cansancio les pasó factura, y no pudieron ganar. Sin embargo, muy buen papel de los chicos en el torneo logrando un tercer puesto, con un cadete que tenía más de la mitad de infantiles.

Tras la cena, que no fue mucho de nuestro gusto, el pescado no triunfa entre nuestros jugadores, la jefa de expedición les comunicaba a todos que al ser la ultima noche y el gran torneo que estaban disputando se merecían todos ir a tomar un helado. Así que todos nos desplazamos al McDonald's cercano al hotel donde los chicos pudieron estar jugando en el parque infantil (y los no tan chicos también, a veces los adultos son los más pequeños). Dimos buena cuenta de los Mcflurrys y nos volvimos para descansar.

Fue una noche tranquila, entre comillas, ya que algunas no aprenden que el vigilante siempre está y siempre vuelve, que no tiene ojos y ve y no tiene oídos pero oye. En definitiva, algunas tuvieron que salir al patio, a disfrutar del silencio y la soledad nocturna y la rasca que hacía, hasta ver si les entraba el sueño.

Sábado 30

Tras dos días de mucha actividad, acumulando cansancio, no nos dio tiempo a recuperarnos del mismo y los entrenadores nos estaban despertando ya, porque teníamos que salir del hotel pronto con la maleta incluida, ya que las minis se jugaban la final a las 9.

Un autocar tuvo que salir antes que otro, como siempre para no dejar a ningún padre en el hotel. Al legar al pabellón algunos dejaron las maletas en un vestuario y nos distribuimos en los diferentes pabellones para animar a nuestros equipos en las finales.

Al llegar al pabellón nos encontramos con una sorpresa, tuvimos la visita de Jordi y Cristina, y Alfredo y Rosa, que llegaban con las pilas cargadas para animar en los partidos (claro como ellos habían dormido en los últimos tres días).

Abrieron el camino las minis que lograron la victoria ante el Castellón. Le siguieron las cadetes que disputaron la final contra el Picken Claret. Las infantiles no tuvieron tanta suerte pero lograron un segundo puesto ante el Picken Claret. Los júniors tampoco tuvieron mucha suerte, sin embargo fue un encuentro muy igualado hasta el último minuto, a pesar de jugar hasta con infantiles. Y para acabar la jornada las júniors, en cuadro, ganaban su partido logrando un quinto puesto ante el Nou Castellón.

Tras los partidos y ya todos en el Pabellón Universitario se procedió a la entrega de trofeos por parte de los coordinadores del Picken Claret, Jhonny, y el Bahía San Agustín, Mónica. Por supuesto nuestras chicas volvieron a poner el color al evento con sus cantos.

Con nuestros trofeos nos fuimos a comer con algunos integrantes del Picken Claret. Parece que había hambre ya que dimos buena cuenta de 66 pizzas familiares que estaban esperándonos. Alguna infantil debió comer para todo el mes porque a pesar de su reducido cuerpo, batió todos los récords de engullir pizza. Además cada uno recibió un obsequio de parte del Claret, una torta de pepitas de chocolate y nueces, típico de Valencia. También nos obsequiaron con una mona de Pascua de chocolate, con forma de casa, bueno al principio, porque al final era con forma de escombros.

Tras las pizzas y helados, las felicitaciones y el sentido recuerdo al Padre Alberto, fundador del Claret y que murió hace un par de meses, los jugadores tuvieron un rato de tiempo libre para estar con otros jugadores y hacer trucos de magia con los regalos de Telepizza (la verdad es que los que tuvieron el tiempo libre fueron los entrenadores que pudieron descansar sin ese griterío ensordecedor que nos ha perseguido estos días).

Y llegó la hora de marchar. Todos con nuestras maletas. Hora de las despedidas, abrazos, besos... y deseando que llegue el año que viene para volvernos a encontrar. Bonito los lazos que se han creado entre nuestros dos clubes.

Ya en el aeropuerto se veían las caras de cansancio de los nuestros y las de pánico de los menos amantes del aire, atemorizados por las premoniciones del profeta y meteorólogo Jordi, que pronosticaba un vuelo muy movido, por el viento que hacía. Todos deseando llegar a casa, o mejor a la cama. Sin embargo, ahí estaban las minis, aún con fuerzas para cantar y dedicar canciones a los entrenadores. El vuelo, como esperábamos, ante el pronóstico de nuestro experto, fue tranquilo. Y llegamos a casa.

Ahora vuelta a la realidad y el martes volvemos a los entrenamientos a seguir trabajando para el final de temporada, que queda poco y lo más importante. Sin duda ha sido una buena experiencia, una más, de esas que guardaremos en el rinconcito de nuestro corazón y que recordaremos siempre que escuchemos: "Bahía............San Agustín".

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