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Categoría: EBA

Publicado: Domingo, 01 Mayo 2011 20:31

01/05/11 - Era un mal amigo para finalizar la liga. Jugarse uno de los partidos más decisivos de cualquier liga, el último, en la pista de un equipazo como el Llíria no era, a priori, una buena noticia en el mes de septiembre, al publicarse los calendarios. Pero, afortunadamente, la marcha inmaculada de nuestro equipo durante la liga y, todo hay que decirlo, la sorpresa negativa con el rendimiento de los edetanos, lo había convertido en un mero trámite.

Nada que ganar y mucho que perder era la sensación antes del partido. Los locales sí se jugaban mucho. Necesitaban la victoria para apurar sus posibilidades de playoff siempre que Alginet ganara en Gandía. Parecía un partido para desconectar, pero el equipo no bajó ni un ápice de su habitual intensidad consciente de lo que le espera en las próximas semanas.

Dos nombres, Josemi García y Alfons Albert, concentraban el peligro de los locales. Dos ilustres que han demostrado durante la temporada estar por encima del nivel de la liga. De su mano mantenían los locales la igualdad en el marcador en los primeros minutos, llegando incluso por delante, 13 a 12, al meridiano del cuarto. Pero el acierto desde la linea de tres (4 triples en el cuarto) y el buen nivel ofensivo de un recuperado Goyo Domínguez empezaban a poner las primeras diferencias al finalizar el cuarto, en el que ya ocho puntos, 18-26, separaban a ambos equipos.

Los locales aguantaban el tipo a duras penas manteniéndose a tiro en el marcador. Un parcial de 11 a 7 en los primeros cinco minutos, de la mano sobre todo de un Alfons Albert que aprovechaba la ausencia de un desquiciado ayer Tyler Sanborn, dejaban un 29 a 33 llegando al minuto cinco. Pero entonces surgió la figura del partido de ayer, el incombustible Pau Giménez, saliendo del banquillo, como siempre, que culminaba un cuarto de ensueño (11 puntos, 6 rebotes -5 ofensivos, 19 de valoración). Él lideraba a su equipo en un parcial de 8 a 19 que rompía el partido.

Para entonces las dos figuras locales, hasta el momento sostén de su equipo en el campo, al verse por debajo en el marcador, ya habían sacado a pasear los malos modos que les han caracterizado, tanto como su enorme calidad, esta temporada. Dos técnicas afianzaban la ventaja visitante y 17 puntos, 37 a 54, separaban a a ambos equipos al descanso.

La salida tras el descanso mostraba los últimos estertores de los edetanos que con un 8-0 de salida obligaban a Matias Cerdà a solicitar un tiempo muerto, a la salida del cual, un parcial de 7 a 0 tras un triple de Biel Torres, devolvía el partido a unos números de los cuales ya no se movería. La resistencia local ya se había acabado y el partido ya transcurrió hasta sus minutos finales con ventajas por encima de los veinte puntos, llegándose a la máxima coincidiendo con el final del partido.

Final de liga con el equipo demostrando que éste puede ser su año. Dentro de dos semanas, con Alzamora ya recuperado, llega la hora de la verdad. No será fácil, pero estamos preparados para la batalla.

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